El saludo, en cualquiera de sus modalidades (estrechar la mano, dar un beso, dar un abrazo, etc.) es una forma de mostrar cortesía y buena educación al resto de personas con las que tratamos.
Las formas de saludar son tan diversas como las culturas. Hay saludos afectuosos, ceremoniosos e incluso sorprendentes (al menos para las culturas occidentales). Hay saludos con y sin contacto físico. Hay saludos de todo tipo. Pero todos estos saludos tienen su propia interpretación y dicen mucho de quien los hace y como los hace.
Los saludos hablan por sí mismos. Un apretón de manos de una u otra manera, una mirada, un gesto ... nos pueden dar muchas pistas sobre como es la otra persona e incluso intuir las intenciones o pretensiones que puede tener.
Los saludos podemos dividirlos, de forma básica en estos tipos:
1. Los verbales. Aquellos que se suelen hacer con personas que conocemos o que nos han sido presentadas anteriormente. Dar un "buenos días", "buenas tardes", "¿cómo está?" y expresiones de este tipo, que en la mayoría de los casos no conlleva ningún tipo de contacto físico.
2. Los físicos (o de contacto). Son los saludos que suelen darse en presentaciones y otros momentos en los que hay un contacto físico como un apretón de manos, un abrazo, un beso, etc. Generalmente, suelen ser los más ceremoniosos: recepción por parte de la Familia Real o miembros del Gobierno, etc.
3. Los mixtos. Los saludos físicos que también van acompañados de un saludo verbal de cortesía: "Encantado", "Es un placer", etc. al mismo tiempo que se da la mano, se da un beso, un abrazo, etc.
Estrechar la mano, es la forma "más neutra" e internacional de saludo, en el que solo la fuerza, posición de las manos y duración del mismo le pueden dar alguna pista sobre el tipo de relación que puede llegar a darse. El corto y firme suele ser el más generalizado. El flojo y prolongado puede demostrar falta de interés, inseguridad. El más largo y firme, interés en comenzar una nueva relación, en colaborar y emprender nuevos proyectos.
El beso en la mejilla es una de las formas que se extiende con mayor rapidez. Se puede ver tanto a la Reina de España como al presidente de los Estados Unidos dar un beso en la mejilla. Es una de las fórmulas más extendidas a nivel mundial, sobre todo entre las mujeres. No obstante aunque las recomendaciones del protocolo son no besar a una persona que nos acaban de presentar, la realidad suele ser muy distinta.
El abrazo, la palmada en el hombro o la espalda, son forma de saludo demasiado efusivas para determinados momentos, y solo reservada para personas que ya se conocen con anterioridad. No obstante se puede ver este tipo de saludos entre mandatarios de países, entre reyes y en otras personalidades y autoridades.
El saludo, en caso de duda, el más neutro. Es decir, estrechar la mano, sin perder el contacto visual con la persona a la que saludamos y esbozando una leve sonrisa o un gesto agradable.
Nunca debe saludar a otras personas, con cualquier tipo de gafas que le oculten los ojos (principalmente gafas de sol), con la cabeza cubierta (gorra, sombrero, visera, boina, etc.), con los guantes puestos, con un cigarrillo en la mano, con una copa en la mano o con la boca llena. En el caso de la copa y el cigarrillo se deja en un lugar a parte. En el caso de la comida, se debe terminar de masticar y tragar.
La buena educación y el saber estar no solo se demuestra en la mesa sino en otros ámbitos y situaciones. El saludo, es una de ellas, y es bastante importante, porque, al igual que la vestimenta, es la carta de presentación de las personas